martes, 30 de marzo de 2010

La clara de huevo

Cómo sabes provocarme. Cómo sabes que se me hace la boca agua cuando veo la bragueta de tus calzoncillos con la mancha amarilla, con los restos de orín que ha dejado tu polla mal sacudida tras todas las meadas de un día entero. Por eso te exhibes ante mí con esos calzoncillos empercudidos, sucios, guarros, para que te los quite a bocados.


Y luego me pones el culo descaradamente. ¿Qué quieres?, ¿que te la meta con los calzoncillos puestos? Sabes que sería capaz, pedazo de cabrón.

jueves, 25 de marzo de 2010

Olor a macho 2. Williams

También están aquellos hombres que llevan años utilizando el clásico desodorante Williams; individuos que pasan a tu lado dejando tras de sí ese olor inconfundible que ya sólo puedo asociar a la machorrez, a la hombría, a la virilidad.

Cuando detecto a un hombre con olor a Williams me entran ganas de lanzarme hacia sus sobacos, imanes de carne caliente, y hundir mi nariz en su pelambrera blanca.

Papisitos, qué ganas de que me asfixiéis con vuestro olor a macho.









martes, 23 de marzo de 2010

Olor a macho 1. Brummel.

Nos reímos cuando un hombre huele a Brummel; pero en el fondo nos encanta ese olor fuerte, penetrante, de macho limpio.

Estos hombres podrían usar Brummel y sabemos qué sucedería si estuviésemos cerca de ellos: que se nos haría la boca agua, nos pondríamos nerviosos y aspiraríamos ese olor a macho sin poder evitar el deseo de ser follados en el acto por semejantes animales fornicadores.

El poder de la Brummel es así.





jueves, 18 de marzo de 2010

Helado para mamártela

No me hagas posturitas con la cuchara; que te estoy viendo ahí tirado, medio desnudo y despiertas mi calentura. Te quitaría el meyba ahora mismo para mojarte la polla con el helado. Hum... qué gozada chupártela cuando aún esté fláccida, pero gorda, y mientras me metes el dedo gordo de tu pie por el ojete.

martes, 16 de marzo de 2010

William Holden. Maligno.

Me pediste fuego y fingí que no tenía mechero. Pero no despegué el cigarro de mis labios, sino que te hice una señal para que te acercaras a mí. Caíste en mi pequeña trampa. Una de tus manos acarició la mía y sentí que se erizaba todo el vello de mi cuerpo. Te estaba observando, devorándote furtivamente mientras los extremos de nuestros cigarrillos se apareaban para transferirse el calor incendiario, cuando alzaste la miraba. Fue un instante, una descarada ráfaga durante la cual tus ojos azules se posaron sobre los míos; avisando, amenazadores. Creo que tuve miedo, de ti y de aquel fuego que surgía de lo más profundo de tu mirada.

Pero aquel fuego no era para mí, ni para nadie como yo, sino para cualquier mujer.




jueves, 11 de marzo de 2010

Encontrado. Mariano Argento

Gracias a Bandidoso y al chico argentino que me escribió el privado, pude saber que el pedazo de macho que buscaba el otro día se llama Mariano Argento.

Vaya tío más morboso. Me gusta mucho más que en la película "El Secreto de sus Ojos". Y me encanta su narizota, así como esas orejas enormes para agarrarlo de ellas y arrimarle la cabeza para que no se escape y me la mame bien. Hum...



martes, 9 de marzo de 2010

Me pongo de rodillas


Me arrodillaré ante ti, ante tu paquete, ante mi ídolo. Quiero mamártela mientras siento el humo de tu puro acariciándome la nuca. Cógeme con tus manos, impregnadas de ese olor a macho, y oblígame a tragármela entera.

Cuando te corras dentro de mi boca, puedo escupir y extender tu leche por mi torso desnudo, para correrme yo al tiempo que rozas los pezones con la punta álgida, hiriente, de tu cigarro.

jueves, 4 de marzo de 2010

Te voy a hacer polvo la próstata



Cuando ya era demasiado tarde, empezó a decirme:

"Ahora no te rajes, cabrón. ¿No querías que te follase? ¿Qué cojones quieres, si no? No me gustan los putos calientapollas, así que ahora te aguantas. Y abre bien el culo porque todavía te la puedo meter más honda. ¡Te voy a hacer polvo la próstata, calientapollas de mierda!"

Y entonces cerré los ojos.



martes, 2 de marzo de 2010

Cómeme el culo



Me encanta que me comas el culo antes de follarme. Sólo con el roce de tu lengua me vuelvo loco. Siento la humedad en el ojete y se me abren las carnes al pensar que dentro de un momento me lo petarás con tu pollón.




Cómemelo bien. Hazme un previo con tu lengua aunque exista el riesgo de que me corra antes de que ni siquiera me hayas metido un solo dedo.