Nunca me ha gustado George Clooney, pero sale tan atractivo en esta foto, con ese bigotillo y esa cara sin afeitar...
Soñé que la Tierra era invadida por millones de hombres fuertes, de pelo en pecho, que querían molestarme.
jueves, 30 de julio de 2009
martes, 28 de julio de 2009
domingo, 26 de julio de 2009
jueves, 23 de julio de 2009
Otro feo
miércoles, 22 de julio de 2009
Mecánico
Siempre me ha gustado fantasear con lo que llevan o dejan de llevar los mecánicos bajo sus monos de trabajo. Estoy seguro de que ninguno de ellos lleva pantalones, pero sería interesante averiguar qué es lo que nos encontraríamos al bajar la cremallera hasta abajo, hasta el final, siguiendo la mata de pelo desde su pecho hasta detenernos justo a la altura del paquete. Supongo que, dependiendo de cada caso, podremos encontrar unos calzoncillos blancos, holgueros, con bragueta; o quizá directamente nada de ropa interior, y entonces se nos vendría encima una verga gorda y morcillona para llevarnos ipso facto a la boca. ¿O no?
lunes, 20 de julio de 2009
viernes, 17 de julio de 2009
lunes, 13 de julio de 2009
sábado, 11 de julio de 2009
Medallas y colgantes (2/2)
Como decía en la entrada anterior, cuando el colgante o la cadena son demasiado grandes me bajan la libido. Todos estos hombres tienen unos torsos que me comería a bocados, si no fuera porque los echan a perder con esos abalorios tan bastos y poso sencillos.
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jueves, 9 de julio de 2009
Medallas y colgantes (1/2)
Hay una cosa que me desquicia en un hombre, un pequeño detalle que me vuelve loco nada más descubrirlo. No hay otra cosa que consiga hacerme la boca agua más rápido que esas cadenitas que llevan algunos tíos alrededor del cuello.
Los cordones dorados y finos, extremadamente delgados, que se pierden entre los torsos velludos para convertirse casi en anécdota, son un abalorio que me hace ver a los hombres más machotes, más viriles.
Me encantan los hombres con pequeñas medallas que se adivinan en los cuellos de las camisas no abotonadas hasta arriba.
Pero para que verdaderamente pierda el control y me entren ganas de abalanzarme sobre sus cuellos y ponerme a morderlos, el colgante tiene que ser chiquito, muy pequeño; de lo contrario empieza a tener demasiado protagonismo y ya no me resulta tan erótico y sexy, sino muy hortera.
Los cordones dorados y finos, extremadamente delgados, que se pierden entre los torsos velludos para convertirse casi en anécdota, son un abalorio que me hace ver a los hombres más machotes, más viriles.
Me encantan los hombres con pequeñas medallas que se adivinan en los cuellos de las camisas no abotonadas hasta arriba.
Pero para que verdaderamente pierda el control y me entren ganas de abalanzarme sobre sus cuellos y ponerme a morderlos, el colgante tiene que ser chiquito, muy pequeño; de lo contrario empieza a tener demasiado protagonismo y ya no me resulta tan erótico y sexy, sino muy hortera.
A este barbas de suaves michelines le queda muy sexy la cadenita. Me gustaría verlo con una camisa abierta. Menuda gozada contemplar el diminuto pedazo de metal sobre esa pequeña franja de carne rosada y peluda.
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Cómo me gustaría comerle el cuello a este barbas, con ese pelamen tan negro, tan opaco y tan espeso.
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A este machote de aspecto oriental le pedirá que me follara a cuatro patas para sentir en mi espalda su vello sudoroso y el leve tacto de la cadenita caliente.
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Este abuelo se coloca la mano delante del paquete para llamar nuestra atención, cuando es ese pequeño círculo metálico, justo en el centro de su torso, el que mantiene alerta nuestros sentidos más cerdos.
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Seguro que el amigo de la piscina tiene un culo impresionante, pero qué me dices de esas tetas, con esa cosita contrastando justo por encima de donde se concentra la mata de pelo...
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martes, 7 de julio de 2009
Te busco...
Me gustas tanto... Me encantaría tener más fotos tuyas.
Si alguien tuviera más fotos de este pedazo de macho, le ruego que me las pase. Gracias.
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