jueves, 9 de julio de 2009

Medallas y colgantes (1/2)

Hay una cosa que me desquicia en un hombre, un pequeño detalle que me vuelve loco nada más descubrirlo. No hay otra cosa que consiga hacerme la boca agua más rápido que esas cadenitas que llevan algunos tíos alrededor del cuello.

Los cordones dorados y finos, extremadamente delgados, que se pierden entre los torsos velludos para convertirse casi en anécdota, son un abalorio que me hace ver a los hombres más machotes, más viriles.

Me encantan los hombres con pequeñas medallas que se adivinan en los cuellos de las camisas no abotonadas hasta arriba.

Pero para que verdaderamente pierda el control y me entren ganas de abalanzarme sobre sus cuellos y ponerme a morderlos, el colgante tiene que ser chiquito, muy pequeño; de lo contrario empieza a tener demasiado protagonismo y ya no me resulta tan erótico y sexy, sino muy hortera.





A este barbas de suaves michelines le queda muy sexy la cadenita. Me gustaría verlo con una camisa abierta. Menuda gozada contemplar el diminuto pedazo de metal sobre esa pequeña franja de carne rosada y peluda.


----------





Cómo me gustaría comerle el cuello a este barbas, con ese pelamen tan negro, tan opaco y tan espeso.


----------





A este machote de aspecto oriental le pedirá que me follara a cuatro patas para sentir en mi espalda su vello sudoroso y el leve tacto de la cadenita caliente.


----------



Este abuelo se coloca la mano delante del paquete para llamar nuestra atención, cuando es ese pequeño círculo metálico, justo en el centro de su torso, el que mantiene alerta nuestros sentidos más cerdos.


----------









Seguro que el amigo de la piscina tiene un culo impresionante, pero qué me dices de esas tetas, con esa cosita contrastando justo por encima de donde se concentra la mata de pelo...


----------




1 comentario:

  1. todos están buenorros... pero el e la foto en ByN me ha dejado sin aliento... qué hombre más bello y qué paquetote

    Augusto

    ResponderEliminar