Cuando vayamos a comprar calzoncillos, es importante probárselos para que el dependiente nos dé el visto bueno. Debemos fiarnos de su criterio y dejar que nos revise todas las gomas de la prenda. Seremos pacientes cuando introduzca sus dedos en nuestras ingles para asegurarse de que el elástico no ajuste demasiado. También nos tirará de la huevera para comprobar si con la talla elegida rellenamos toda la bolsa. Y por último nos meterá la tela entre las nalgas para ver si vuelve a su posición original, porque ya sabéis lo incómodo que resulta que al sudar se le meta a uno la tela por la raja del culo.
Gracias por tus comentarios. Los seguiré.
ResponderEliminarY muy bueno, excelente, tu blog.
Saludotes,
Paco
qué delicia... yo quiero ser el de la tienda que revise meticulosmente a cada macho que entre....mmmm...
ResponderEliminar.... y me encantaría atenderte Conrado