Recuerdo aquella celebración de comunión de alguno de mis primos. Yo era bastante pequeño, pero se ve que ya por entonces tenía fijación por los paquetes de los hombres. Mi tío volvía del baño y enseguida me percaté de las dos manchas, dos pequeños círculos oscuros, que había en el pantalón de su traje color gris claro.
No he olvidado aquella visión tan simple y que imagino que me abrió, como otras muchas, al mundo del fetichismo, a la búsqueda recurrente de imágenes y situaciones que alimentasen mi personal visión erótica del mundo.
Aquí expongo dos fotografías de paquetes con manchas, máculas que pudieran ser de orín, pero también pudieran ser de lefa o incluso ni lo uno ni lo otro. Pero yo deseo que tengan su origen en una corrida, porque así, como obseso sexual que soy, podría imaginarme que estos individuos acaban de vivir una experiencia sexual furtiva, sucia, escabrosa. Me pone elucubrar que no han podido resistirse a correrse debido a un roce en el metro, a que le han metido mano en unos servicios o que el viaje en el ascensor ha sido demasiado placentero. En cualquier caso, estos tíos van con su manchita bien visible y parece no importarles, algo que los convierte para mí en unos cerdos irresistibles.
No he olvidado aquella visión tan simple y que imagino que me abrió, como otras muchas, al mundo del fetichismo, a la búsqueda recurrente de imágenes y situaciones que alimentasen mi personal visión erótica del mundo.
Aquí expongo dos fotografías de paquetes con manchas, máculas que pudieran ser de orín, pero también pudieran ser de lefa o incluso ni lo uno ni lo otro. Pero yo deseo que tengan su origen en una corrida, porque así, como obseso sexual que soy, podría imaginarme que estos individuos acaban de vivir una experiencia sexual furtiva, sucia, escabrosa. Me pone elucubrar que no han podido resistirse a correrse debido a un roce en el metro, a que le han metido mano en unos servicios o que el viaje en el ascensor ha sido demasiado placentero. En cualquier caso, estos tíos van con su manchita bien visible y parece no importarles, algo que los convierte para mí en unos cerdos irresistibles.