martes, 15 de junio de 2010

La fuerza de un macho

Me gusta sentir la fuerza de un hombre, el vigor genético y auténtico de un macho como el de las fotos. Ya he dicho alguna vez que me encantaría encontrarme entre los brazos de un tiarraco fuerte, rotundo, del que fuese consciente que sería capaz de destrozarme si se lo propusiera, pero con la delicadeza y el raciocino suficientes como para no hacerlo.

Disfrutaría golpeando con mis puños el pecho de este bravucón. Estoy seguro de que estaría duro como una piedra, aparte de que si fuera él el que me golpease a mí, éste que escribe terminaría con el culo estampado en el suelo; pero, eso sí, dispuesto a que a continuación hiciera conmigo lo que le viniese en gana.










Descubro una tirita colocada toscamente en el dedo índice de su mano izquierda que hace saltar la mecánica de mi fetichismo: ¿será carnicero, carpintero o mecánico? ¿Utilizará un mono de trabajo para desempeñar su empleo? ¿Llevará el mono con la cremallera abierta hasta el ombligo para ir enseñando esa mata de pelo que inunda su pecho? Hum...











2 comentarios:

  1. Me encanta el detalle de la tirita!! Este tipo de fotos, hechas claramente para perfiles de internet, son las que más me hacen sufrir. Porque resulta que un tío así está buscando algo que yo le puedo dar. Es real y necesitado. ¡Y yo aquí! ;)

    PD: Veo que volviste a cambiar cosas del blog! Ahora está un poco menos puticlub, no? :D

    ResponderEliminar
  2. ¡Ja, ja, ja! Yo sí que le puedo dar algo a ese tío: ¡TODO!

    Pero algunas de estas fotos debe de habérselas hecho su mariliendre más enemiga, ya que sólo le falta tener sonido y que se escuche lo de "Zoi arbañí". De todas formas, como estoy tan salido, hasta en esas me mola.

    Sí, he quitado el look puticlub del blog y aún no me aclaro cómo quiero dejarlo.

    Un beso

    ResponderEliminar