El chulazo de la foto que está sobre estas líneas no es George Lucas, pero se le parece. Menuda pelambrera nívea gasta el tipo en cuestión. Me dan ganas de sentarse sobre sus piernas, en ese cálido atardecer, para acariciarle el pecho, las tetas, despacito, sintiendo cómo la polla se le pone dura bajo mi culo.
Pero de quien pretendía hablar es de George Lucas, ese genio que no es ni guapo ni atractivo, pero sí uno de esos hombres que va mejorando con el tiempo, con las canas y con los kilos. Lástima que se haya echado a perder en los últimos tiempos, al transformarse en un señor orondo y rosado, de pelo grasiento. Gran madurez, pero muy mala vejez. Me ahorro las fotos del aspecto actual.
Tienes razón. Además de cineasta renovador se transformó en un mercachifle que ha perdido inspiración. (el chulazo un dios)
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