martes, 17 de febrero de 2009

Un pezón, un bigote.



Cada vez me gustan más esos torsos cubiertos de vello, esas espaldas plagadas de pelusilla que se queda adherida en las manos con el sudor del sexo o, simplemente, con el sudor pegajoso de la piel en la playa. Y qué decir del maromo de las fotos, con esa perilla de morsa reafirmando su rostro de macho en celo. Tiene que ser muy placentero que esa boca te coma la lengua mientras tu propia boca, ansiosa, sedienta, se inunda de labios, de lengua y de pelos, hasta quedarte sin respiración.

Hum... Ese pezón rosado, enhiesto, me está llamando y mis dientes quieren jugar con él.

2 comentarios:

  1. El pezón: sí. Ese tipo de bigote: SÍ, JODER, SÍ!!! Lo del pelo de la espalda... estando ya muy muy muy salido :P

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  2. Qué exquisito macho el gafOso!!!

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