Una de las cosas en las que antes no reparaba y que últimamente me excita sobremanera es la pelambrera blanca en el pecho de los hombres. Disfruto admirando las matas de vello blanco que parten en dos el tórax de los maduritos más morbosos.
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Vaya polvazo que tiene este amigo, con esa perilla tan bien recortada y a juego con la pelambrera de entre las tetas. Dan ganas de follarlo ahí mismo, semiocultos tras la celosía de hormigón.
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A éste se ve que le hace falta una bueno succión, juzgando el modo en que se agarra la polla, aparte de esos labios que parecen estar diciendo "Chúpamela. A ver si eres capaz de tragártela entera".
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Al del sombrero no deberíamos perdonarle que se haya rebajado la pelambrera del pecho. Vaya atentado contra la virilidad. Eso sí, daría lo que fuera por tirarle de las anillas con los dientes.
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No sabemos qué le están haciendo al chavalote de la cama, pero atendiendo a la expresión de su rostro, a esa mezcla entre dolor y placer, pareciera que no lo estaba pasando demasiado mal. ¡Como me pone!...
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Y para terminar, otro atentado, otra muestra de mal gusto: ¿cómo se puede estropear ese pedazo de cuerpo con un bañador tan horroroso? Como te descuides te voy a arrancar la tela a mordiscos. Que lo sepas.
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Me corro de gusto con las fotos y con tus acertados y calientes comentarios.
ResponderEliminarYa ves que os sigo mirando con muy buenos ojos treintañero.(lo de "demasiado" me alarmó bastante)
Cual de todos está mejor!
ResponderEliminarQue para colores y bañadores existe la web.