Sólo recuerdo que iba conduciendo y de repente la cabeza me empezó a dar vueltas; luego abrí los ojos y aquel hombre estaba allí, hablándome desde el exterior del coche. Llevaba la camisa abierta hasta el ombligo y no pude evitar clavar mi mirada en su pecho peludo, negro, recorrido en la vertical por una franja blanca que moría en el vientre. "¿Muchacho, estás bien?" Me decía aquel barbas de campo al otro lado de la ventanilla, mientras con una de sus manazas me zarandeaba la cabeza. Me sentía tan aturdido que ni siquiera podía responderle. Parecía tener conciencia sólo para aquel pecho que me llamaba, que me mantenía hipnotizado, que me resecaba la boca.
"Tengo sed", acerté a decir. Entonces el barbas empezó a reírse. "¿Sed?, ¿has dicho que tienes sed? Pero ¿de qué exactamente?" Su mano enorme penetró de nuevo a través de la ventanilla estrellándose en mi pecho. No le fue difícil bajar hacia la entrepierna, lubricada por el sudor de mi piel. "¿Qué es lo que tienes aquí, eh?", escuché que decía, al tiempo que me aferraba el sexo, el cual debía estar erecto desde hacía un buen rato. "Yo voy a apagar tu sed, niñato de mierda. No te preocupes."
Me sacó del coche como el que porta un saco de patatas y me estrelló, de espaldas, contra el capó. A los pocos segundos sentía ya el pantalón deslizándose hacia mis tobillos. Escuché que un escupitajo salía de aquella boca, tras mi nuca, y una cosa muy dura empezó a trastearme por el culo. "¿Es esto lo que quieres, cabrón? Va a apagar tu sed este pedazo de polla que te voy a meter por el culo. No te resistas y abre el ojete, niñato." Y bien que me entró aquella verga, del tirón, sin apenas avisar.
El canOso que yo conozco vive en el campo pero no es granjero, aunque es igual al que te imaginas y tal vez mejor porque es real. Cada vez que viene, me busca con su mirada que es pura lujuria eyaculada. Me saluda, me toca, su piel velluda me roza: con su vozarrón me acosa, su calor me desnuda y al atraparla entre sus manos, mi alma se humedece gozosa por tener de amante un macho que ríe y es tan caliente.(c)
ResponderEliminarajoder es el suño de todos no importa kien sea mientras nos regale el paquete para hacer de el lo que queramos en lo personal me gustan de todos
ResponderEliminarbesos juan
Juan, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarMe encanta que no te importe quién te folle. ¡Me encantas!
Un beso