Me pediste fuego y fingí que no tenía mechero. Pero no despegué el cigarro de mis labios, sino que te hice una señal para que te acercaras a mí. Caíste en mi pequeña trampa. Una de tus manos acarició la mía y sentí que se erizaba todo el vello de mi cuerpo. Te estaba observando, devorándote furtivamente mientras los extremos de nuestros cigarrillos se apareaban para transferirse el calor incendiario, cuando alzaste la miraba. Fue un instante, una descarada ráfaga durante la cual tus ojos azules se posaron sobre los míos; avisando, amenazadores. Creo que tuve miedo, de ti y de aquel fuego que surgía de lo más profundo de tu mirada.
Pero aquel fuego no era para mí, ni para nadie como yo, sino para cualquier mujer.
Pero aquel fuego no era para mí, ni para nadie como yo, sino para cualquier mujer.
Hola Conrado, me encanta como escribes. Tus textos, además de morbosos, tienen mucha calidad literaria.
ResponderEliminarPor favor, no dejes de escribir.
Un besote.
kikito, no sabes en qué momento más exacto llegan tus palabras...
ResponderEliminarIntentaré seguir escribiendo.
Gracias y un beso.
Pues es la primera vez que me paso por tu blog, y oye, me sumo a lo que te dicen de que no dejes de escribir. Yo el mío lo tengo un poco abandonado porque al final parece que escribo para mí mismo, en plan enfermizo. Así que ánimo y adelante, eh?
ResponderEliminarY sobre William Holden... pues oye... esa primera escena de "Encuentro en París" es MUY fuerteeeeeee!!! :D :D No me extraña que se te inflame la imaginación!
ConMaduros, bienvenido a mi blog.
ResponderEliminarLo mismo te digo: te animo a que continúes con tu blog. Le he echado un vistazo y me ha gustado mucho, mucho.
En realidad sólo he visto una peli de William Holden y bastó para que me enganchara a él... Me apunto ésa que me dices.
Un beso y gracias por tu visita
Cuando floto y no escribo, leo, veo, releo y posteo: tu blog arde.
ResponderEliminarHolden fascinante mito lleno de pelos y talento también me provoca sueños ansiosos como a Kim Novak en el film Picnic. Saludos.
¡Qué suerte tuvo la Novak, pues!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y que sigas flotando por aquí.
Un beso.