martes, 30 de noviembre de 2010

Añorados sueños húmedos


Echo en falta la capacidad de mi cuerpo para dejarse llevar por sí mismo, involuntariamente, al placer. Así, durante la adolescencia, me bastaban algunos cuantos trucos para provocar la polución nocturna de una manera casi garantizada. Artimañas tan sencillas como retraerme el prepucio antes de dormir, dejarme la polla encerrada, bien apretadita, en la entretela de la bragueta de los calzoncillos o combinar ambas cosas quedándome dormido bocabajo, bastaban para obrar el milagro del goce involuntario.



También recuerdo que en las primeras noches de mi vida en las que dormí acompañado por un hombre, incluso después de haber follado hasta la saciedad, mi cuerpo decidía que quería correrse y me despertaba mojado entre los brazos de mi acompañante.



Pero ya ni me acuerdo de cuándo fue la última vez que tuve la suerte de despertar en medio de un orgasmo sobrevenido, ni de haber encontrado una mancha de lefa reseca y dulzona en mis calzoncillos.

¿Hay alguien que comparta experiencia y quiera solidarizarse conmigo?


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7 comentarios:

  1. Ese acartonamiento, propio de los furores de la adolescencia, es de grato recuerdo...

    ... nada que ver con la eneuresis nocturna que nos deparará la edad...

    En medio, lo mejor de la vida.

    Besos húmedos

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  2. Hairy: ¡ay, el acartonamiento! ¿Y no te gustaba cómo olía? A mí me sigue gustando cómo huelen las braguetas almidonadas por el semen.

    ¡Qué agorero eres con lo de la enuresis! Yo no voy a tener de eso (he tenido que buscar lo que significaba), porque ya lo tuve bastante de pequeño.

    Un beso

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  3. Pues sí, Conrado; yo también la tuve de pequeño... Pero, por desgracia, no sólo ellas necesitarán del Tena Lady... (por cierto, ¿cómo se llamará la marca para tíos, si es que existe?)

    Y en cuanto al olor... pues lo recuerdo como algo intenso, una mezcla, con un toque como a lejía... En fin, que no se describirlo...

    Arco, suscribo a Conrado: lástima que te hayas perdido esas experiencias.

    Besos acartonados

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  4. Hairy: pues a mí el acartonado me huele a une mezcla entro producto químico (¿urea?) y algo dulzón; pero el olor es más agradable que el de los meados resecos.

    ¡Ay, amigo, ojalá no tengamos que vernos con esto puesto! Es lo primero que he encontrado.

    Un beso

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  5. Pues yo continúo teniéndolas muy de vez en cuando, pero acompañadas de sueños eróticos más o menos agradables. Durante una larga temporada ni sé la de veces que soñé con un ex-compañero -hoy ya jubilado del trabajo- con el que sólo logré correrme con él en sueños.

    Seguro que en mi caso muchos despechados dirían aquello tan manido de "¡Bah!, él se lo perdió", pero no; quien se lo perdió fui yo, pero también es cierto que, gracias a aquellas poluciones nocturnas, puedo decir: "Que me quiten lo bailao". :))

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  6. Albert: ¡qué suerte! Joder, qué envidia.

    En mi caso, los sueños húmedos me traicionaban y, que yo recuerde, nunca contaron con las actuaciones estelares de los tíos que me gustaban; eran más bien ensoñaciones en las que no quedaba muy claro quién era mi admirado, porque no se veía bien o porque era un producto diseñado ex profeso por mi mente para que me corriera en ese momento y punto.

    Un beso

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  7. No han nada mas erotico que acabar mojados en nuestro esperma y en la adolescencia es una señal de que ya somos todos unos hombres

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