viernes, 11 de septiembre de 2009

La fiesta (1 de 3)

Y salí a la calle y había una marea humana, aunque más que humana era de machos, de tiarrones descamisados, semidesnudos, quienes me devoraban con los ojos a su paso. Todos se besaban, se tocaban, se sacaban las pollas y se las mamaban los unos a los otros. No importaba quién fueras, con quién fueras, si estabas emparejado no: todo era libertad, todo era sexo, una orgía sin fin.























2 comentarios:

  1. Yo estoy de acuerdo no hay nada mas rico q ver a dos manganzones maduros como para ponerse a sudar o quien save asta mamar... jejeje
    y dejar rodar tú mano por el enter pierna asta logral conseguir aquel blanco y salodo pero delicioso nectar delas flores

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  2. Anthonio, veo que, como decimos por aquí, ¡te va la marcha...!

    Un beso y gracias por tu comentario.

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